Si quieres probar nuevas sensaciones durante la masturbación o tus relaciones sexuales, te animamos a que pruebes los lubricante con efecto frío. Te explicamos cómo se usan, qué sensaciones aportan y cuáles son los mejores.
Si has decidido que ya es hora de innovar en tu placer sexual, has llegado al lugar adecuado. Pero esta vez no vamos a hablarte de las mejores posturas del Kamasutra, sino de un producto en concreto que, normalmente, se suele utilizar antes. Ya sea en los preliminares con tu pareja, después en la penetración o, directamente, durante la masturbación.
Y es que, al igual que ocurre con productos como los aceites de masaje, los lubricantes sexuales también se han convertido en parte imprescindible de ese kit que no puede faltar para ir calentando motores en la cama. Aunque en este caso no vamos a hablar de calor, sino de todo lo contrario: queremos dedicar un momento a alabar las bondades de los lubricantes con efecto frío. ¿Alguna vez los has probado? ¿No? Pues estás a punto de querer hacerlo.
¿Qué hacen los lubricantes de efecto frío?
Los componentes que llevan estos tipos de lubricantes –mentol, en la mayoría de ocasiones– hacen que, al entrar el producto en contacto con la piel, se produzca en ella una sensación de frescor, provocando un sutil hormigueo que puede darle mucho juego a las relaciones sexuales. Pero no solo sirven para el sexo con penetración o para hacer un cunnilingus inolvidable (sí, la gran mayoría se pueden ingerir sin peligro), sino que también pueden ser un complemento ideal para la masturbación. Especialmente si utilizas juguetes sexuales, como los masturbadores masculinos, aunque en estos casos intenta que el lubricante sea siempre de base acuosa.
Los lubricantes con efecto frío se pueden utilizar en el sexo oral, vaginal o anal. Y suelen ser compatibles con los preservativos, así que las posibilidades de incluirlos en tu dormitorio son de lo más amplias. Los tienes neutros o con diferentes sabores a frutas, también hidratantes e incluso relajantes. Pero la función de todos ellos es la misma: provocar un cosquilleo excitante y una sensación de frescor que puede estimular el placer, ya sea mediante la fricción o el contraste de temperatura que se produce en la penetración o el sexo oral.
Si no tienes muy claro cómo usar el lubricante en el sexo, tranquilo, porque no tiene mucho misterio. Al igual que ocurre con el resto, para utilizar un lubricante de efecto frío, basta con aplicar unas pocas gotas de producto sobre las manos y masajear con ellas el pene (o la zona que prefieras), hasta que el lubricante se extienda